Cuando un problema no tiene solución, simplemente tenemos que aceptarlo, aceptar la realidad, las limitaciones.
Gastamos mucha energía y acumulamos mucha tensión, intentando forzar la situación, imaginando como sería de otra manera, engañándonos, negando la realidad, rechazando la situación o emoción que sentimos ahora mismo. ¿Y si utilizáramos toda esta energía en cambiar nuestra actitud ante lo que estamos viviendo?
Os dejo este cuento sufí que nos hará pensar.
Diálogo entre un médico y un anciano que se hace examinar.
Dijo el anciano:
– Siento dolores muy fuertes en la espalda
– Quiero moverme como antes pero no puedo hacerlo
– Es por tu avanzada edad – dijo el médico
– Ya no
estoy en mis cabales.
– Pierdo la memoria y olvido las cosas.
– Sí, porque eres viejo – dijo el médico
– También
estoy perdiendo la vista.
– Es la vejez – dijo el médico
– Y me
cuesta digerir lo que como.
– Desde luego, ya no estás en edad de comer cualquier cosa – dijo el médico
– Siento
que mis manos tiemblan.
– Ya no me responden como antes.
– Es normal, eres viejo – dijo el médico
De
repente, el anciano se enfadó:
– ¡Idiota!
– Pero ¿qué me cuentas?
– ¡Eres más ignorante que un burro!
– ¡Dios ha creado remedios para todas las enfermedades .. .. pero tú los
ignoras!
– Todo lo que me dices es que soy viejo.
– Sí – dijo el médico.
– Y por eso te enfadas.
María Fernández de la Riva
Psicóloga clínica M-29020
Tfno. 639 40 74 93