La finalidad de la terapia psicológica es la resolución de los conflictos que provocan el malestar o sufrimiento. La manera de abordar estos problemas depende de la naturaleza de los mismos así como de la propia persona, sus características y sus necesidades. Cada uno es único, lo que hace que cada terapia sea exclusiva para cada persona.
Estas son algunas de las situaciones en las que intervengo con adultos:
Ansiedad (estrés, miedos, fobias, obsesiones…)
Los trastornos de ansiedad son uno de los trastornos psicológicos más comunes en nuestra sociedad, al menos una de cada 5 personas los ha sufrido o los sufrirá a lo largo de su vida.
Suele experimentarse como un estado emocional displacentero, en el que sentimos temblores, falta de aire, taquicardia, insomnio, nauseas… se produce ante determinadas situaciones reales o imaginarias.
La ansiedad disminuye significativamente tu calidad de vida, incidiendo en tu sueño, tu rendimiento académico o laboral, pudiendo acabar generando problemas de salud, de pareja, familiares o sociales.
Deja que te ayudemos, identificaremos las causas y el origen, aprenderemos técnicas de reducción y manejo de los síntomas, abordaremos los conflictos que están generando y manteniendo la ansiedad y te prepararemos para evitar recaídas.
Bajo estado de ánimo (tristeza, depresión)
La depresión es un estado de ánimo en el cual la persona se siente infeliz, abatida e incapaz de disfrutar de las cosas, situaciones o personas que le rodean, sentimientos de inutilidad, rabia o incluso culpa hacia uno mismo.
Se produce un aislamiento social, en el que no parece mostrar interés alguno por las posibles salidas de ocio e incluso el mundo laboral, encontrándose mal aunque la situación tenga un carácter ameno, divertido o agradable. La apariencia física comienza a descuidarse.
La terapia psicológica que está demostrando más eficacia para reducir la ansiedad y el estrés es el Mindfulness o atención plena.
Las personas estamos continuamente atravesando duelos a lo largo de la vida, esa sensación de pérdida sin posibilidad de reparación. No siempre tiene por que ir ligado a la muerte, puede tener distintas causas: la pérdida de la salud, separación de la pareja, perdidas de trabajo o económicas , etc.
El tiempo ayuda, utiliza todos los recursos que tengas como la compañía de seres queridos, pero si en un momento te ves superado por una perdida y empiezas a sentir una ruptura de equilibrio físico a psíquico, acude a un profesional o a un grupo de apoyo que te acompañaran y facilitaran tu proceso de duelo.
Crisis vitales
Hay momentos en nuestra vida en los que los acontecimientos hacen que cambie de repente. Implican un conflicto y nos hacen sentir tensión y malestar emocional y sobretodo un cierto desconcierto y sufrimiento al que no siempre se le ve salida.
Las crisis vitales nos permiten reflexionar y evaluar alternativas y promueven en nosotros la toma de decisiones, los cambios y la reformulación de valores y creencias de cara a poder replantearnos de nuevo los objetivos en la vida.
El acompañamiento terapéutico en estos momentos de nuestra vida nos hará más fácil el entender y resolver la crisis que estamos atravesando de una manera constructiva y el volver a tener ilusiones o inquietudes en proyectos factibles y realizables.
Problemas de salud (insomnio, fibromialgia, cefaleas, asma, menopausia…)
Falta de control de impulsos (ira, compra compulsiva, juego patológico…)