Las redes sociales están potenciando esta necesidad de aprobación, la necesidad de likes y me gusta lo “mejor” de nosotros que publicamos en nuestros perfiles. Hasta llegar al extremos que muchas veces damos más importancia a publicar nuestra experiencia que a sentirla y disfrutarla realmente.
Aquí os dejo un ejemplo de un cuentecillo que se hizo viral por intenet y que refleja muy bien nuestra necesidad de aprobación.
Tras una tormenta impresionante, un barco naufraga y sólo se salvan un hombre y Claudia Schiffer, yendo a parar a una isla desierta.
Con el paso del tiempo, solos y abandonados, acaban cogiéndose confianza y finalmente manteniendo relaciones.
Como no tienen otra cosa que hacer, al final se tiran todo el tiempo haciendo el amor hasta que un día el hombre dice:– Claudia, tengo que hablar contigo. Necesito pedirte tres deseos. ¿Crees que podrás concedérmelos?
– No lo sé. Prueba a ver…
– Bien. El primero es que me gustaría llamarte Mariano. ¿Te importa?
– Pues… Pues, no. Este es fácil. ¿Qué más?
– Bien. El segundo es… ¿Te importaría sacar uno de los trajes de hombre que hay en ese viejo baúl que salvamos del naufragio y vestirte con él?
– Bueno, este es algo mas extraño, pero tampoco me importa. De acuerdo. ¿Cuál es el tercero?
– Pues el tercero es que quisiera hablar seriamente contigo paseando por la playa. Vamos?
– De acuerdo.
En esto que están los dos paseando por la playa al atardecer, Claudia Schiffer vestida de hombre y haciendo como que se llama Mariano, cuando el hombre se detiene, se gira, pone una mano sobre el hombro de Claudia y le dice:
– Mariano, se que no vas a creerme, pero… ¡Llevo meses acostándome con Claudia Schifer!
Psicóloga clínica M-29020
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