Paciencia y compromiso en la práctica de Mindfulness
Cuando preguntamos a la gente que viene a nuestros talleres la principal dificultad para practicar mindfulness a diario, las respuestas suelen ser bastante parecidas:
“No he tenido tiempo”, “He tenido cosas más importantes que hacer”, “Estaba demasiado estresado”, “No le encuentro sentido, no veo ningún beneficio”…
Es normal y no debemos luchar por dejar de tener esos pensamientos, simplemente hay que observarlos como lo que son. Son simplemente pensamientos y no permitir que se hagan con el control de nuestra vida.
Tomémonos la práctica de la meditación como un proceso de entrenamiento atlético, da igual que haga buen tiempo, que te hayas acostado tarde, que no te apetezca, si nos estamos preparando para un evento hay que practicar cada día, independientemente de las circunstancias externas e internas.
Como dice Kabat-Zin en su famoso programa MBSR. “No tiene que gustarte, solo tienes que hacerlo. Cuando hayan pasado las 8 semanas, podrás decirnos si te ha sido de utilidad o no, pero , por el momento, sigue sencillamente practicando»
Ten paciencia, es una forma de sabiduría . De niños, hemos intentado ayudar a que la mariposa salga de su crisálida, pero hemos comprobado que no la beneficia de modo alguno. Cualquier adulto sabe que es imposible acelerar ese proceso y que la mariposa saldrá en el momento preciso que tenga que salir.
Mindfulness no aparece por el simple hecho de que hayamos decidido ser más conscientes de las cosas, de nuestras emociones, de nuestro cuerpo. Para el desarrollo de un elevado grado de atención plena, son necesarios el compromiso de trabajar para uno mismo y para perseverar en el proceso y una elevada dosis de paciencia.
La práctica de la meditación no va a ser la respuesta a todos los problemas de tu vida, pero con una mente más clara, podrás ver mejor los problemas de tu vida. Practica, merece la pena.