Internet, los móviles, las redes sociales… constituyen herramientas muy útiles, que proporcionan innumerables beneficios a la sociedad: acceso a la información, ocio, formación, compras, relaciones sociales,… Incluso los mayores han aprendido a hacer uso de ellas, facilitándoles la vida –recordemos lo que han supuesto las “conferencias virtuales» durante la pandemia- y haciéndosela más completa.

Sin embargo, el uso inadecuado de estas nuevas tecnologías puede llegar a ser peligroso y convertirse en una patología, y sabemos que en esta problemática de carácter psicosocial, el grupo más vulnerable es el de los niños y adolescentes debido a las características propias de esta edad, que les motiva a la búsqueda de cosas nuevas y comportamientos impulsivos.

Para Young (1998) la adicción a Internet es un trastorno caracterizado por una pauta de uso anómala, unos tiempos de conexión anormalmente altos, aislamiento del entorno y desatención a las obligaciones laborales, académicas y sociales.

La cuestión es determinar lo que es un uso “normal” y saludable -una afición, una herramienta, un hobby- y cuándo este uso puede ser patológico, convirtiéndose en un serio problema personal, familiar, profesional o académico y hasta de salud: una adicción.

Señales de alarma

Desde un punto de vista psicológico, entre las principales señales de alarma que denotan una dependencia de las nuevas tecnologías o redes sociales, cabe destacar:

  • Privarse de sueño, acostarse muy tarde y no dormir las suficientes horas.
  • Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el trabajo, o bajar el rendimiento.
  • Recibir quejas en relación al uso de la red de personas cercanas, como padres, hermanos, pareja.
  • Intentar limitar el tiempo de conexión o utilización sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo en su utilización.
  • Mentir sobre el tiempo real que se está conectado.
  • Utilizar el móvil u otro dispositivo nada más levantarse y ser lo último que se hace antes de dormir
  • Sentir estados de irritabilidad y ansiedad cuando no se puede estar conectado.

En definitiva, la adicción a las nuevas tecnologías, internet, videojuegos o redes sociales se produce cuando:

– Hay un uso excesivo de las mismas, asociado a una pérdida de control,

– Aparecen síntomas de abstinencia (irritabilidad, ansiedad, depresión) ante la imposibilidad de estar conectado,

– Se establece tolerancia (es decir, la necesidad de aumentar continuamente el tiempo de conexión para sentirse satisfecho,

–  Se producen repercusiones negativas en otros aspectos de la vida.

La adicción a las nuevas tecnologías tiene solución: ACTÚA

Como en cualquier adicción, uno de los aspectos más difíciles es reconocer que tenemos un problema.

Si te sientes identificado o crees que tus hijos pueden estar sufriendo estos síntomas, pon remedio cuanto antes.

La adicción a las nuevas tecnologías y redes sociales es un problema con solución.

Asiste a nuestro Taller gratuito online ¿Es mi hijo un adicto a las nuevas tecnologías (móvil, internet, redes sociales)? y descubre cómo puedes ayudarle.

María Fernández de la Riva

Psicóloga clínica M-29020
Tfno. 639 40 74 93

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