El duelo en la ruptura de pareja

La ruptura en una relación de pareja, puede ser una de las experiencias más dolorosas y traumáticas que hay.  Es necesario que cada una de las partes involucradas, pase por un proceso de duelo. Un duelo difícil de superar, porque, de hecho, la persona no desaparece (como cuando fallece) sino que sigue existiendo y viviendo pero sin formar parte de nuestra vida.

Cada persona y cada ruptura es diferente y las circunstancias que la rodean también. En el inicio y en el desarrollo posterior del duelo influyen muchos factores; no es lo mismo, tomar la decisión conjunta de separarse cuando la relación esta muy deteriorada , que si se trata de una decisión unilateral por parte de uno de los miembros, o si existen terceras personas involucra.

Tampoco lo vive de la misma manera el que toma la iniciativa (la parte activa) ya que, en cierto modo, ha ido asumiendo su situación gradualmente, que el otro miembro (la parte pasiva), al que la situación le ha venido dada. Pero esto no quiere decir, que el que toma la decisión vaya a sufrir menos, sino que el impacto inicial y el proceso del duelo va a ser distinto.

Etapas básicas en el proceso de duelo

Estas etapas no tienen porqué presentarse en este orden, se pueden solapar entre sí ,no son lineales ni correlativas, algo que se nota especialmente al inicio del duelo

 Fase de negación y shock.

En ella, la persona no acaba de creérselo, no quiere aceptarlo, se niega a pensar que la relación ha terminado y fantasea con volver. Se observa una ausencia de reacción y la persona actúa como si no hubiera pasado nada y todo siguiera igual.

La mente se centra en buscar maneras de solucionar los problemas, y así poder retomar la relación. Esta fase tiene una función adaptativa, la cual permitirte ganar tiempo para “digerir” la pérdida, poder seguir cumpliendo con la rutina y obligaciones, y poco a poco ir siendo conscientes de los cambios que ya se han producido y se producirán.

La fase de negación es más marcada en las personas que han sido “dejadas” y se nota menos en las que “han dejado”. Lo que ocurre es que, quien ha decidido romper la relación, ya ha pasado anteriormente por la fase de negación y shock, ya trabajada la nueva situación y no muestra negación.

Es una etapa en la que se tiende al aislamiento social.

Fase de tristeza y dolor intenso.

En esta fase, la persona se encuentra deprimida, sin ganas de hacer nada. El pensamiento se vuelve obsesivo, no se puede pensar en otra cosa. Suelen aparecer trastornos de sueño, sensación de vacío, el llanto y un descuido general.

En esta fase se comienza a asumir y vivir lo que representa la ruptura. La persona comienza a ser consciente de cómo ha cambiado y seguirá cambiando la vida.

Es necesario dejar que las emociones fluyan. La tristeza es una emoción necesaria para que puedas asumir realmente la pérdida, y te ayudará a conectar con lo ocurrido y empezar poco a poco a superar el duelo.

Fase de Ira y rabia.

La pena y la tristeza, suelen dar paso a un sentimiento de rabia (aunque puede pasar al revés). La persona en muchas ocasiones, se siente herida y suelen surgir sentimientos de resentimiento y rencor.

La rabia, bien conducida, puede ser “beneficiosa” o “positiva”. En primer lugar, te mantiene lejos de esa persona que has perdido (en un futuro podréis ser amigos, pero no durante el duelo) y esto es fundamental para la superación. Tener contacto un con un ex encalla a las personas en la fase de culpa o tristeza y puede llegar a convertirse en un duelo difuso y eterno.

Fase de Culpa.

La culpa te lleva a darle vueltas a la cabeza respecto a qué podrías haber hecho o dicho para no haber perdido la relación. La rumiación y el pensamiento obsesivo dirigido a buscar responsables de la ruptura puede provocar un gran estado de ansiedad y agotar a la persona.

Cargarse con el 100% de la culpa en una ruptura de pareja es contraproducente y muy injusto. La pareja es una relación formada por dos personas y la responsabilidad de la ruptura siempre es compartida.

Fase de Aceptación.

Las personas en la fase de aceptación comienzan a asumir lo sucedido, a experimentar la realidad de la pérdida y sus consecuencias sociales y emocionales. La aceptación es la vía definitiva para la superación de la ruptura y nos ayuda a pensar en construir un futuro para y por nosotros.

Fase de  recontrucción y reorganización.

La persona ya ha aceptado su nueva situación,  necesitará reorganizar de nuevo su vida y adaptarse al ambiente vital y social sin la expareja. retomar actividades que se habían abandonado y descubrir otras nuevasEs una etapa que se caracteriza por los cambios, por invertir energía emocional en otras relaciones y otras inquietudes.

El apoyo psicológico ayudará a la persona a expresar sus sentimientos, a eliminar conductas nocivas, a recuperar su autoestima y confianza y a identificar pensamientos irracionales que puedan estar interfiriendo en la resolución del duelo. En definitiva, te facilitará atravesar este proceso y encontrar de nuevo, un sentido a la vida.

María Fernández de la Riva
Psicóloga clinica M-29020
Tfno. 639 40 74 93

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